29 noviembre 2009

...esta noche, una canción de sabina...

Callada por respuesta cuando jugué al dolor de corazón. Su boca era un buzón de voz sin compasión dormido hasta la hora de la siesta...esta semana ha sido esto...sin remedio ya.

22 noviembre 2009

...3+1..

es lo que tiene...cumplir un año más...que cuestionas...remiras...revives...reolvidas...reencuentras...y te apetece escribir...me regalaron un cuento...aquí un pedazito de mi...

Si mmm nunca salta a la calle calzando de igual manera, cómo entonces podrían tener las zapatillas responsabilidad alguna en su desorientación cotidiana. No serían acaso sus pies los que hubieran acusado con los años la ligera desviación, y que de tanto andar siempre enfundados hubieran ido adquiriendo la malformación que les hace perder el rumbo. Mmm desata el lazo, deslía el cordón y los libera. Desenfunda los calcetines de rayitas coloradas, airea sus pies y analiza la curvatura aparentemente normal del empeine. Tampoco sus dedos parecen distintos, quizás el meñique se monte ligeramente sobre el vecino, pero no debiera ser irregularidad concluyente. Mmm siente la temperatura del pavimento bajo la planta desnuda, siente la irregularidad de los adoquines contra la piel nueva, y siente que los talones se apoyan sobre la piedra dura. Mmm se levanta, deja la muda ordenada sobre el banco, los calcetines liados en pompones informes, las zapatillas dispuestas perfectamente en paralelo sobre la tabla. Pareciera que allí sostienen un cuerpo invisible, estático, erguido encima del banco, oteando desde su transparencia cómo se aleja Mmm descalza.