29 mayo 2008

...A y su caracol loco...

PARÁBOLA DEL CARACOL LOCO
El caracol, de tanto rosca desenrosca, perdió la noción del espacio. Ya no sabía cuándo entraba, cuándo salía. Buscaba el ombligo en el centro espiral de su casa y encontrábase entonces en la periferia de su caparazón. Quería roce antena lluvia pero acababa sumido en el angosto armario más profundo del concéntrico pasillo del ir y venir. Volviose loco el caracol de tanto darle vueltas a lo mismo. Huyó de su hogar, unidos ya no más por una estela de aluminio, sospechando que allá donde fuera un puente eléctrico les mantendría conectados. Pero con la primera lluvia se diluyó la conductividad. No pudo deshacer el camino. El espacio se volvió entonces silencioso, tan isótropo que le resultó insoportable saberse en este mundo.
Desnudo, ya sólo podía soñar tirabuzones, recuerdos de su bella locura de antaño en interminables muelles rebotando inalcanzables, galaxias que giraban y se concentraban en el embudo del infinito. Desdichado el caracol que se enrosca sobre si mismo creyéndose el mago que de la chistera saca una paloma. Sin paredes de nácar su cuerpo se desliza sobre su cuerpo, mucosa y ser una sóla cosa. Un contínuo vivir vagabundo, confundiéndose con las babosas y otras informes criaturas.

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